Soy machista

Estamos en el siglo XXI, año 2015 de nuestro señor, y, ¡oh cielos!, soy machista. ¿Se puede ser machista y no saberlo? ¿Se puede ser machista, saberlo, y seguir siéndolo? Estas terribles y apocalípticas preguntas pueden ser respondidas sin que el universo implosione. Doy fe. La respuesta es bien sencilla: sí, se puede. Soy la prueba de ello: hasta hace aproximadamente 5 años yo era machista y no lo sabía. A partir de ese momento, y no a través de una revelación divina sino de un proceso de toma de conciencia (jodido, para qué nos vamos a engañar), supe que era machista. Me ayudó hablar sin prejuicios con feministas y leer, leer mucho. El hecho de saberlo, intuirlo en las primeras fases de mi despertar, no consiguió que mágicamente dejara de serlo. Ojalá. Pero no.

Había vivido toda mi vida con la idea de que no sólo no era machista sino de que había superado ciertos discursos que consideraba trasnochados sobre análisis de género y estaba de vuelta de todo: era atea y no me atravesaba ningún mensaje religioso sobre la mujer o mi posición en la vida, vestía como me daba la gana, entraba y salía de casa sin dar explicaciones a nadie, estudiaba y trabajaba, llegué a tener mi propia empresa, no pisaba la cocina ni asumía las tareas del hogar, y, por supuesto, estaba liberada sexualmente porque podía follar sin complejos y sin importarme sobre lo que pensara de mí el resto de la humanidad. Uauuuu. Con estos mimbres, ¡cómo iba a pensar que quedaba en mí algún resquicio de machismo! Pobrecita yo…

Recuerdo (con bastante vergüenza, ahora) haberme reído de chistes terriblemente machistas que contaba mi padre, haber juzgado a las chicas que iban vestidas enseñando pierna y canalillo porque ‘no tienen en cuenta que van provocando a los hombres’, haber interpretado como falta de liberación sexual el que haya mujeres que no quieran follar con sus parejas y ‘entender’ que los hombres con falta de determinado ritmo sexual busquen desahogo en las prostitutas ‘porque tienen sus necesidades’, vanagloriarme de que yendo por la calle los hombres me comieran con los ojos y me echaran piropos, sentirme mejor entre hombres porque, con ellos, me consideraba ‘entre iguales’… OMFG!!!

Cuesta mucho asumir todo esto, ¡qué os creéis! Y no, no hay que flagelarse ni lamentarse por las barbaridades. Hay que responsabilizarse de lo que cada uno es y mirarse al espejo sin miedo, sabiendo que, lo que vemos delante de nosotros es un ser inacabado. Lo que hoy tenemos por cierto y seguro, quizá mañana se modifique. ¡Y no pasa nada! Aferrarnos a la certeza de las cosas es un mal humano. La duda es jodida y da miedo, lo sé. Pero creer que hemos superado el momento de aprender y de percibirnos desde otros ángulos es peor, y acaba con nuestra visión de la vida como un proceso constante de cambio.

Soy una friki que se sabe los diálogos de Star Wars (la primera trilogía, obviamente) de cabo a rabo, y duele analizar los roles que las mujeres representan en esta saga: ¡por dios, que Leia es una princesa con ensaimadas en la cabeza que viste un vestido blanco, BLANCO, en una galaxia muy lejana! Y aunque me he considerado de los rebeldes toda mi vida, soy consciente de que son (somos) los guays, pero con matices. ¿Que era más feliz cuando no veía todo esto? Pues claro. Pero de momento no he considerado la lobotomía como forma de alcanzar la plenitud. Prefiero, pese a todo, saberme, comprenderme, aceptarme y asumir que no sé lo que seré capaz de percibir y analizar mañana.

El machismo, queridos míos, es como La Fuerza: nos rodea, nos penetra, y mantiene unido el patriarcado. No deseo que La Fuerza os acompañe, pero sabiendo que está ahí, espero que al menos seáis conscientes de ella.

12 comentarios

  1. ¡Hola!
    Te contesto aquí, que en twitter no me da. No sabes lo de acuerdo que estoy con este post. Hace ya mucho tiempo que me di cuenta de que no vale con creer que no eres machista, con no caer en los vicios más repugnantes asociados a esta cultura. Incluso muchas de esas actitudes que describes aquí (mi reacción ante cómo decide vestir una chica, los piropos) las tengo superadas (creo) desde que tengo 16 ó 18 años. Pero hay otro montón de pequeñas cosas, y no tan pequeñas, que cuesta más identificar porque prácticamente venimos con ellas de serie desde que empieza nuestra educación en un entorno que sigue siendo eminentemente machista. Y son estas cosas más sutiles las que requieren mi atención para ir corrigiéndolas, así como escuchar a una persona que un día me saque los colores sin contestar «¿Machista yo? ¡Tu madre!».
    Por eso creo que no todas las actitudes machistas merecen la misma respuesta. Hay actos vergonzosos y humillantes, así como la enésima barbaridad de Alfonso Rojo y compañía, que han de ser señaladas inmediatamente, que merecen una respuesta tajante y dura. Pero, por poner un ejemplo, mi madre seguro que caerá a veces en estos machismos de los que no se da cuenta y, por supuesto, sin mala fe. Y en estos casos no gano nada poniéndola a caer de un burro, sino que se lo explico intentando hacer que vea cómo puede afectar eso a una tercera persona, quizás su propia hija.
    Por supuesto twitter, por su formato, no es una plataforma que dé para mucho diálogo meditado. Las respuestas son escuestas, concisas y, por eso mismo, a veces parecen secas o bordes. Y aunque no tengo claro si es eso exactamente lo que pasó ayer, si sé que es como se lo tomó mucho gente. Y en el fondo entendería que respondieseis borde, yo mismo lo hago. Con tanta injusticia social y políticos riéndose en nuestra cara, estamos que saltamos a la mínima y este tema no va a ser menos. De hecho posiblemente sea más, llevamos así toda la vida y parece que no mejoramos.
    Eso sí, habrá que seguir.

    ¡Perdona por el mamotreto!

    • Hola Padintong 🙂 Nada de mamotreto. Me alegro mucho de que hayas expuesto aquí todas esas reflexiones. Cuando yo detecto en mi padre o en mi madre actitudes o comentarios machistas veo dos reacciones diferentes si se las señalo: mi padre no admite que haya machismo o, como pasa en la mayoría de las ocasiones, huye con un «me cayo, me cayo» de la posible conversación; sin embargo, mi madre tiene más capacidad analítica y aunque le pueda sorprender se alegra de verlo y trata de cambiarlo. No hay que machacar, en ningún caso, a quien no lo vea: sea mayor o sea joven. Porque tengo comprobado que cuando más intentas hacer ver a alguien que está equivocado, más resistencia va a oponer. Eso no impide que yo discuta (debata) con aquellas personas que niegan una realidad, procurando aportar enlaces a lecturas que creo que pueden ayudar a comprender mejor las cosas.

      Toda la razón en lo de que Twitter no es el espacio para debatir porque no se puede muchas veces argumentar. Lo que a mí me apena es que, aunque alguien no esté de acuerdo con lo que yo defiendo, recurra al insulto o a la ridiculización. Eso es lo que me agota, no el hecho de discutir aportando argumentos o puntos de vista distintos. Si no se encuentra un consenso, no pasa nada. A lo mejor ha sido una primera toma de contacto sobre un tema para algunas personas. Y, por supuesto, yo puedo estar equivocada en lo que digo, pero con insultos no cambiaré de opinión.

      ¡Gracias por el comentario y un abrazo!

  2. Pues la verdad es que había entrado movida por la curiosidad y después de leer los primeros párrafos estaba deseando leer más, para saber si yo también pecaba de esas cosas sin saberlo y por qué… Nunca he entendido los discursos súper feministas y a muchas cosas no les veo sentido, así que esperaba que tú, recién «convencida» de tu machismo, explicases un poco más todo eso.

    Pero no he encontrado ninguna de las respuestas que buscaba.

    Sí, me río con los chistes machistas, pero porque me gusta el humor negro. Igual que me río con los chistes de negros, de judíos, de retrasados o de disminuidos físicos. Me parece cruel que me haga gracia muchas veces, sí, pero otros no tienen maldita la gracia y solo son hirientes, por suerte de momento sé diferenciar el mal gusto del humor negro. Y por eso no soy capaz de ver machismo en ello.

    Las que enseñan pierna y canalillo, me parece genial. A mi no me gusta exhibirme, pero que otras quieran hacerlo no me parece mal. Lo que no me parece bien es que luego se quejen de que las miren. Lo siento. A mi se me van los ojos también a los canalillos exagerados, no puedo evitarlo y soy chica hetero… Y si un tío va marcando paquete lo mismo, no puedo evitarlo, y me parecería igual de mal que, sabiendo que va marcando todos sus atributos, se quejase de que las mujeres le miremos ahí. No es por nada sexual, es simple asombro, curiosidad o yoquese.

    Yo no me vanaglorio porque me suelten un piropo, pero he leído muchas veces que eso es machismo y un insulto. ¿En serio es machista no sentirte insultada si un hombre te suelta un piropo? Lo que digo siempre, será una falta de educación en todo caso, pero yo me siento insultada si un hombre me insulta, no si me dice algo bueno. Es igual de maleducado que sin venir al caso, te griten por la calle «¡Fea!» o «¡Guapa!» pero desde luego yo me siento insultada sólo por uno de ellos…

    Y sí, yo me siento mejor entre hombres. ¿Debería ser al revés? ¿Soy machista porque en muchas ocasiones me sienta más cómoda entre tíos que entre tías? ¿Debería buscar amigas nuevas porque deben ser ellas, y no mis amigos, con las que me sienta cómoda? Esa parte es la que más me ha rechinado de todas.

    Así que finalmente parece que me he quedado exactamente igual, aunque prometía mucho al principio al final sigue exactamente el mismo discurso que taaaaantas veces he leído. Qué lástima.

    • Hola Verónica, lamento si el texto no ha cumplido tus expectativas. He tratado de explicar un proceso que para mí ha sido (y está siendo) muy importante en términos vitales y muy duro al mismo tiempo.

      Yo también me río a veces con chistes machistas o racistas pero cada vez menos. A veces, ser consciente de lo que implican esos clichés que suelen aparecer en los chistes (desigualdad, injusticia, maltrato, etc.) en los que se banaliza el sufrimiento de otras personas, dificulta el que salga una carcajada de dentro. Yo me alegro de reírme menos con esos chistes porque no quiere decir que me ría menos en general en la vida sino que he aprendido a buscar otros espacios humorísticos en los que me siento más a gusto.

      Cuando hablas sobre las miradas creo que es importante diferenciar cuando nos miramos todos a todos (por curiosidad, reconocimiento, identificación, extrañeza…) a cuando son miradas con carga sexual. Y pueden no ser malintencionadas (o consentidas y recíprocas) pero también podemos aprender a mirar sin incomodar a la otra persona. Muchos hombres no guardan ningún tipo de cuidado y consideran que una mujer, por estar en un espacio público, puede ser sujeto de un escrutinio sobre su cuerpo. Del mismo modo que pasa con los piropos. Da igual cuál sea mi apariencia: la primera a la que debe darme igual lo que piensen los demás de mí soy yo, y desde luego no debería ser sujeto de análisis por parte de cualquiera que se siente con derecho para decírmelo. Esto tiene mucho que ver con la búsqueda de aceptación que nos inculcan a todos desde pequeños, pero que en el caso de las mujeres además está vinculado con «vernos bonitas».

      En cuanto a sentirte mejor entre hombres, el problema (al menos como lo ha sido para mí) es la sensación de que con ellos estaba entre iguales y no así con mujeres. Tenía una perspectiva despectiva hacia los entornos en los que no había hombres porque los percibía como menos interesantes o estimulantes.

      Sigo analizando cada día cosas que me pasan para entender y entenderme. Ojalá pueda sacar más cosas en claro y transmitirlas para superar lo que yo entiendo como una lacra social: el machismo. El que se ve y el que no se ve.

      Gracias por tu comentario y un abrazo.

  3. Estoy de acuerdo con que el mundo es machista. Llevamos siglos de una sociedad patriarcal, y es difícil ponerla patas arriba en unas décadas. Pero dicho esto, creo que la mejor estrategia para alcanzar la igualdad (en nuestros países europeos, en otros queda demasiado por hacer) es la que propusisteis con el asunto wikipedia: ¿que las mujeres no aparecen? Pues a escribir se ha dicho. Visibilicémonos, trabajemos sin complejos, y cuando llegue el impresentable de turno llamandonos feminazis, casi mejor pasarnos sus opiniones por los genitales externos, ¿no?
    Personalmente, el tuit que desencadenó ayer todo el lío lo entendí como una llamada a las mujeres a que participen, no vi el tono jocoso que apuntabas por tuiter; es más, me pareció que iba en la misma dirección que la llamada a editar la wikipedia. Pero seguramente eso se deba a mis propios sesgos.
    En todo caso, cierto que tuiter no es el mejor foro para debatir nada. Demasiado troll.
    Y dicho todo esto, me queda una duda: ¿qué hay de malo en que Leia vaya de blanco? Sobre todo porque Luke Skywalker también va de blanco…
    Un saludo y a seguir

    • Hola Carmen,

      Lo de Leia yendo de blanco era, por un lado, una broma por pensar que en un futuro parece ilógico que se usen ropas blancas tan sufridas, y por otro, (en una lectura más profunda y menos graciosa) porque el blanco representa la pureza y la virginidad. No es que lleve un uniforme blanco sino que lleva un vestido blanco. Todos estos símbolos, que nos pueden parecer aleatorios e inofensivos creo, de verdad, que no lo son.

      En todo caso, en lo que dices en tu comentario, lo cortés no quita lo valiente: hacer actividades que ayuden a visibilizarnos es importante, por supuesto, pero si yo veo algo que me parece incorrecto ¿no debo decirlo? Puede que para muchas personas el comentario de la revista fuera una descripción aséptica sobre un hecho, pero es que aunque no haya mala intención (que te prometo que no la presupongo en ningún caso) hay un fondo de mensaje muy jodido: «las mujeres son más cautas y declinan hacer entrevistas mientras que los hombres nos lo ponen fácil». ¿De verdad que no te llama la atención esa afirmación? A mí, sí. Siento si eso abre un debate que no es compartido por todo el mundo.

      Gracias por tu comentario y un abrazo.

  4. Verónica, me ha encantado tu opinión y la respeto totalmente.
    Pero creo que lo que Patricia quería transmitir es que el primer paso para que la sociedad sea menos machista es reconocer que lo somos casi todos nosotros. Yo mismo no me daba cuenta de que era machista hasta hace poco. Ahora lo veo claramente y soy supermachista. En cada pequeño gesto o comentario hay notas machistas que nos pasan desapercibidas si no prestamos atención.

    Enhorabuena Patricia, por el artículo y por tu evolución

    • Hola Javier,

      Gracias por tu comentario y por el apoyo en estos procesos. Son pequeños pasos pero que creo que cada vez va dando más gente 🙂

      Un abrazo.

  5. Muy buen análisis donde por fin se reconoce que el machismo no es solo cosa de los hombres sino también de las mujeres.
    Las mujeres adoptan roles de sumisa y se atacan a sí mismas muchas más veces de las que pensamos:
    -Muchas mujeres juzgan mal a las mujeres que visten de forma «provocativa».
    -Muchas mujeres insultan a las mujeres que llevan una vida sexual activa.
    -Muchas mujeres consideran menos mujer a las mujeres que hacen ejercicio y tonifican su cuerpo.
    -Muchas mujeres consideran que una mujer con musculatura desarrollada es masculina.
    -Muchas mujeres que dicen ser avanzadas adoptan roles marcados por la sociedad conservadora y la cultura de la imagen como no practicar deporte, hacer dietas innecesarias, leer revistas «para chicas», etc…
    -Muchas mujeres son cómplices de la cultura de la imagen menospreciando a mujeres que consideran demasiado altas, mujeres gordas y en definitiva a las mujeres que no entran en los cánones de belleza comunes.
    -Muchas mujeres que se creen avanzadas en un cita esperan a que el hombre las invite a cenar, les pague la entrada al museo o que les pague las copas.
    -Muchas mujeres no hablan con un hombre que les gusta limitándose a tratar de llamar su atención para que sea él el que dé el primer paso.
    -Muchas mujeres ven horrible que una mujer no se depile.
    -Muchas mujeres consideran que el hombre tiene que mimarlas, cuidarlas y protegerlas cuando en un mundo de igualdad los mimos, los cuidados y la protección tiene que ser mutua porque el hombre no es más ni menos que la mujer.
    Podría seguir pero me eternizaría, estas mujeres son machistas y todo esto se podría decir lo mismo de los hombres machistas. Generalmente hombres machistas y mujeres machistas son cómplices en sus formas de actuar y en muchos casos no se dan cuenta o no lo quieren ver.

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