The Sun Goes Down

Vengo de asistir a lo que, desde mi punto de vista, es la degeneración de un símbolo que nos había unido a todos: la #acampadaSol. Dos individuos, vestidos con atuendos circenses y con micros inalámbricos de estrella de rock, cantaban consignas antisistema. Unas diez personas estaban sentadas riéndoles las gracias (en un espacio que yo he visto abigarrado durante pasadas asambleas). Estos «bufones» han empezado a preguntar a la concurrencia «¿Qué? ¿Nos quedamos?», y los tirados les han aplaudido mientras un grupo de ciudadanos observaba atónito el dantesco espectáculo. He decidido hacer mutis antes de saltar a la yugular a alguno de ellos, y me he reafirmado en la idea de que hay que desmantelar ya mismo el campamento.

En el camino a casa he reflexionado sobre el movimiento #15M y la incipiente #SpanishRevolution. Y, pese a la decadencia en la que está cayendo Sol, siento esperanza por el despertar colectivo que estamos viviendo. Pero hay que comprender los fallos para no volver a cometerlos. Aquí van algunas pinceladas de mi experiencia durante estas semanas:

Alergia a los medios

Como periodista, soy plenamente consciente (posiblemente más que un ciudadano de a pie) de la manipulación de los medios de comunicación de masas. El ostracismo al que los medios convencionales condenaron al movimiento del #15M desde el inicio, fue indignante. Yo estuve allí, vi la relevancia de la manifestación, era un hecho noticioso aunque ningún medio grande lo cubriera.

Pese a esta triste realidad periodística y mediática, los medios (todos, no sólo los grandes) son una plataforma para la difusión de cualquier idea. Por ello, hay que utilizar al sistema y aprender a manejarlo en beneficio del movimiento, pero no blindarse a él. No seamos tan ingenuos de pensar que todo el mundo tiene acceso a la red y puede buscar información de primera mano. Todavía vivimos en una sociedad digitalmente analfabeta.

Ayer mismo, en una asamblea de barrio, los asistentes llegaron a cuestionarse mi presencia allí, aunque me ampara la libertad de prensa y aunque mi publicación en un medio local dará difusión a su actividad. ¿Por qué esa hostilidad? Puedo entender ciertos reparos, pero no la cerrazón y nunca cuando se mete a todos los individuos de un colectivo en el mismo saco.

Rechazo al liderazgo

Cuando al inicio de la #acampadaSol no surgieron representantes claros del movimiento, comulgué con esa apuesta clara por el individualismo. No había famosos, no había líderes, cada persona se representaba a sí misma. Sin embargo, una vez que las acampadas se multiplicaron por todo el mundo y Sol se convirtió en la antorcha simbólica de todos los indignados, empecé a pensar en la necesidad de líderes.

Una cosa es que todos tengamos los mismos derechos, y otra muy distinta que todos seamos iguales. No lo somos, por suerte. Y hay que sacar partido de las cualidades y conocimientos de cada uno. ¿Por qué hacer rotativo un puesto de dinamizador de una asamblea, si una persona lo hace mejor que el resto? La voz colectiva es mejor entendida (y oída) si los megáfonos se unifican. Hay quienes pueden transmitir mejor las ideas, y defender lo que todos los indignados pensamos desde hace mucho tiempo. Creo que es un error no dar espacio a que estas personas representen de cierta manera al movimiento.

Deformación del lenguaje

Como filóloga, no puedo entender de ninguna manera, esta errónea imposición del «lenguaje inclusivo». Sólo refleja un claro desconocimiento de nuestra lengua. Duplicar sustantivos y/o adjetivos para que «todos y todas» nos sintamos «representados y representadas» es absurdo. Y, lo más importante, atenta contra uno de los principios básicos de la comunicación: la economía. En castellano, el masculino incluye al femenino. Es nuestro género neutro. ¿Es machista? Pues claro, como nuestra sociedad. Pero cargarnos el lenguaje no va a hacer que eso cambie. Lo iremos modificando por otros medios. En fin, soy consciente de que esta declaración será tomada como ofensiva por muchas personas (y «personos» :D).

El futuro del #15M

Al no tener una hoja de ruta clara, he visto una cierta desesperación en las asambleas a las que he asistido. La inquietud del «¿qué hacemos ahora?» parece impedir una visión clara de lo que se está produciendo de cara a un horizonte lejano: estamos cambiando la sociedad. Y este cambio requiere de mucho tiempo. No podemos pretender crecer como democracia en cuatro semanas, ni en dos años. El cambio profundo se dará cuando maduremos y llevemos nuestra tierna democracia un paso más allá, de la (fallida aunque necesaria) representación a la (comprometida y responsable) participación en la vida política. Esta es la línea de trabajo a largo plazo.

En el terreno de la inmediatez, el aquí y el ahora, está claro: recuperar y revivir el tejido asociativo vecinal que, durante 30 años, ha estado luchando por los derechos de todos. Es fundamental vivir la política desde la perspectiva del barrio, que es la que nos afecta de forma directa. Hay que asistir a las Juntas de Distrito, conocer a los representantes políticos, involucrarse en las decisiones que estos organismos toman. Asambleas, grupos de trabajo, comisiones, blogs, tablones de anuncios,… Todo es válido. Y el objetivo debe ser claro: hemos despertado para no volver a dormirnos. Aunque puede dar vértigo, es un reto delicioso.

15 comentarios

  1. Hola, me parece un escrito genial. Y comulgo en casi todos los aspectos contigo. Solo añadirte que el tema de duplicar sustantivos es una idea más de ese ministerio que se creo en su día, el de igualdad y que terminará desapareciendo con la misma facilidad que se creo. Este fenómeno lo llamaron «lenguaje no sexista» pero que como bien indicas hace al idioma insoportable. Ojala hubiera más periodistas o periodistos como tu 😉

  2. Hay dos palabras que me enseñaron de niño: esfuerzo y perseverancia. A ver si es cierto que no nos dormimos y que somos capaces de aguantar, en contra del sistema actual y sus intereses, hasta llegar a algún sitio útil…

  3. Hola patricia,
    Lo que dices es totalmente cierto visto desde la perspectiva que lo miras, aunque creo que no es la que corresponde.
    A mi modo de ver esto no ha de ir más allá.
    Como indignado puedo sentarme en la plaza o puedo organizar la kale borroka.
    Ambas formas de manifestar la indignación sólo sirven para eso.
    Tú hablas de algo más grande y es cierto que lo de las acampadas puede ser su germen.
    Sin embargo de momento es sólo un golpe en la mesa y es así como se ha de valorar.
    Muchas personas han depositado esperanzas en lo que está ocurriendo, tantas como para sorprender a los que empezaron este movimiento.
    Su desconcierto es normal, pues ni ellos mismos esperaban que la gente nos uniéramos a ellos de forma masiva.
    Démosles tiempo, dejemos que digieran el resultado y quizás veamos florecer lo que tanto ansiamos; eso si no dejemos de apoyarles.
    Un saludo.

  4. Estoy de acuerdo con Patricia, sobre todo por que se de primera mano que es una avezada periodista, que prácticamente ha estado allí todo el tiempo para ver que se cocia. Lo bueno es que algo ha cambiado en la sociedad, ya nadie esta indiferente al 15m…lo malo que algunos que nos gustaria involucrarnos mas, pero apenas tenemos tiempo.
    Felicidades Patricia, para mi te has ganado un #Follow for a week/month como una casa.

  5. Suscribo prácticamente todo lo que dices, como indignada que ha ido a Sol muchos días, como periodista (que no ejerce de tal), y como filóloga (que en cambio sí ejerce); de hecho estoy en un grupo de correctores voluntarios del movimiento, y lo del lenguaje inclusivo es de traca… sobre todo, porque al margen de que una chorrada que no resiste el menor análisis (además, ¿para qué demonios tenemos los artículos en castellano?),la costumbre de poner en las Actas una «x» donde debería ir una «a» o una «o» (compañerxs, amigxs, etc.)atenta contra la accesibilidad del contenido en la web, lo que hace que el lenguaje pretendidamente inclusivo resulte excluyente de verdad con las personas con discapacidad que necesiten un lector de pantalla para leer la web; no creo que ninguna mujer se pueda sentir excluida si lee «Compañeros de la asamblea», y en cualquier caso, lo puede leer; no pasa lo mismo con una persona ciega que intenté entender el contenido de una web en la que ponga: «Compañerxs de la asamblea». Como se ve que no han hecho una comisión de ciegos, pero sí una de feministas, cuando les transmití el particular dijeron que de momento no había tiempo de ocuparse de esas cosas… en fin. Larga vida al movimiento 15m, y cuanto antes, sin acampada en Sol.

  6. Hago mio todo lo que suscribes en tu entrada. Desde el principio he estado pregonándolo desde mi humilde blog «eldiaadiario.blogspot.com» en un intento de que no nos dejáramos absorber, aunque parece ser que no iremos mucho más allá.
    Lo dicho: gracias por puntualizar de un modo tan concreto las cosas.
    Un saludo

  7. Totalmente de acuerdo, Patricia. Yo me fui de una de las manifestaciones cuando abuchearon a un medio. Soy periodista y no creo que se pueda defender la democracia sin respetar el derecho a la información. En eso se equivocaron o nos equivocamos: he de reconocer que volví otros días por la acampada porque creo que lo que representa es más grande que sus errores.

    Lo de los líderes es discutible: ciertos medios y ciertos políticos hubieran escrutado concienzudamente el pasado de cualquier portavoz «oficial» hasta dar con algo con lo que machacarlo. Hablanbo en plata, si tenía un mínimo atisbo de activismo antisistema previo al 15M, hubiera bastado para reforzar su tesis de «un movimiento de perroflautas». Mejor perder en eficacia que nombrar un «rostro visible» que hubiese sido una diana andante.

  8. Si vamos a hacerlo entre todos, va a haber de todo.
    El problema no es que no lo hagamos todo bien desde el primer día. El problema sería que no lo hiciésemos.

    Respecto a los líderes, a lo mejor es que estamos muy escarmentados. A lo mejor es que estamos protestando contra los que tenemos ahora. A lo mejor es que todavía no hacen falta.

    Gracias por tus reflexiones.

    Saludos,
    Colegota

  9. Los tirados, dices.
    Los marginados? Los cutres? Los que estropean la foto?
    Los intelectuales de izquierda siempre hemos tenido una mezcla de simpatia y horror frente a la chusma.

  10. Estoy casi totalmente de acuerdo, excepto en una cosa: los lideres.
    Eduard Punset, Eduardo Galeano, etc. son lideres, por lo menos lideres de opinion y me parece muy bien. Otra cosa es que alguien utilice el movimiento para convertirse en lider y eso me parece mal.

  11. hola, muy interesante y bien planteado tu punto de vista. No voy mucho a sol porque no puedo participar activamente allí, aunque si dentro de mis posibilidades participo de la asamblea de mi barrio. Además me abruma un poco el ambiente cuando no hay asamblea, en mi opinión si no vas a participar en una asamblea o en un grupo, no tiene mucho sentido parar por ahí. En mi opinión en la medida en que los barrios se vayan consolidando no es necesaria la acampada en sol, aunque si quizás la celebración de asambleas generales.

    No obstante, solo me gustaría hacer un comentario respecto al rechazo al liderazgo. creo que precisamente para que el movimiento persista en el tiempo se tiene que fortalecer la metodología asamblearia y la horizontalidad.
    No es razonable que una persona tenga dedicación 100% a una función porque esto no es una asociación ni un partido político y porque este movimiento requiere que se potencie aprendizaje en la cultura de la participación política y no profesionalización de la política, que eso ya lo padecemos cada día, y digo padecemos porque precisamente la falta de cultura política de base es lo que nos ha llevado a que la política profesional esté completamente desconectada de la realidad.

    no creo que en este contexto se desaprovechen las cualidades individuales, por el contrario, he visto como en la asamblea de mi barrio quienes tienen el don, la cultura, la formación o la experiencia necesaria para dinamizar y dar gasolina al movimiento lo comparten con todos desinteresadamente y en efecto son quienes más tiran del carro, pero al mismo tiempo transmiten su experiencia para que todos los demás aprendamos y de este modo, como es evidente a largo plazo, este movimiento tenga proyección y se vaya afianzando.

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