La violencia machista no (se) toca

[Artículo publicado originalmente en La Marea]

Se dice que la opinión pública se genera en la sociedad a partir de las informaciones que llegan a la ciudadanía y se asienta con las opiniones publicadas en los diferentes medios de comunicación. Al menos, eso es lo que a mí me explicaron en la carrera. Sin embargo, ese análisis es simplista y omite que la propia selección de las noticias que los medios de masas difunden diariamente es, en sí mismo, una generación de opinión.

La relevancia de los temas que entendemos como “importantes” la marcan intereses que, en demasiadas ocasiones, nada tienen que ver con lo que nos afecta individual y colectivamente. Se deciden en función de unos criterios que suelen estar más centrados en no molestar a anunciantes que en la defensa del derecho de acceso a la información. La propia omisión de ciertos temas es una declaración de intenciones. Lo que no vemos desaparece de nuestro imaginario. De lo que no se habla no existe.

Y esto no puede ser más evidente como en la falta de atención que se le ha dado desde los medios a que en el debate con los cuatro candidatos a la presidencia de España se emplearan pocos segundos (habéis leído bien: SEGUNDOS) para despachar la violencia de género. No hay escándalo mediático para un problema que, en lo que llevamos de año, ha dejado ya 21 víctimas: 21 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas.

Las columnas que se han escrito al respecto han sido para criticar a los candidatos y a los partidos. Por supuesto, estoy de acuerdo con todas ellas. Ahora bien, me preocupa que desde los medios de comunicación no sientan su propia responsabilidad en el asunto. Una prensa consciente y responsable no puede dejar en un segundo plano la lacra de la violencia machista o abordarla exclusivamente en la sección de sucesos.

Es inconcebible que haya tiempo de sobra para hablar extensamente sobre Venezuela y no lo haya para analizar los graves problemas de nuestra propia sociedad. Tenemos que entender que sin educación en igualdad y sin una sensibilidad extendida sobre el machismo sistémico en el que vivimos, la violencia no desaparecerá aunque no hablemos de ella. Y para eso necesitamos que los periodistas pongan en la agenda este tema y le den prioridad, en orden y en contenido.

Deberíamos poder hackear la agenda mediática con lo que verdaderamente importa. Si los candidatos y los grandes medios consideran que la violencia machista no toca, dirijámonos directamente a ellos y hagamos que no puedan no tocarla: #26segNobastan.

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